CMZ ultima una inversión de 17 millones en su nueva planta de tornos

Aitor Zumarraga, director general de CMZ.

La historia empresarial de la familia Zumarraga Berasaluce sitúa su origen en 1945 en la localidad vizcaína de Zaldibar, concretamente en unos bajos de la calle Aldatza donde Florencio Zumarraga, el fundador, comenzó a fabricar máquinas regruesadoras para carpintería antes de dar el salto después a las limadoras. Una producción aquella marcadamente intensiva la de esta empresa de carácter familiar que con el tiempo sufrió una gran transformación al apostar firmemente por un producto genérico, los tornos CNC (control numérico), cuando todo el sector empezaba a introducirse en el campo de la maquinaria específica con proyectos totalmente ad-hoc. Aquella decisión, tachada entonces de “locura” por buena parte de la plantilla, aseguró el futuro de la compañía de la mano de la constancia, el tesón y la disciplina, ingredientes que históricamente siempre han formado parte de su ADN.

Con sede en Zaldibar y filiales propias en Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, CMZ da empleo en estos momentos a 325 personas y está considerado uno de los grandes de Europa en su sector. Sin ir más lejos, el año pasado fabricó 550 tornos y  facturó 80 millones de euros. Aitor Zumarraga, su director general, fue reconocido recientemente como el Mejor Empresario del Año, según la cita La Noche de la Empresa Vasca.

Imaginamos que doblemente satisfecho por recibir esta distinción en un año tan complicado como éste…

Pues sí, estamos muy contentos de haber recibido este premio que como veis hago extensible en plural, ya que alrededor de mí hay un gran equipo que tiene el mismo merito o más que el mío propio.

¿Cuáles son los ingredientes de un buen empresario?

Yo creo que en la vida profesional y más para un empresario hay dos cosas que son muy importantes, el acierto de analizar correctamente tu entorno y fijar tus metas, y la tenacidad para alcanzar las metas fijadas

¿Se puede en estos días lanzar un mensaje de optimismo?

Con la pandemia hemos pasado unos meses malos que han sido marzo, abril y mayo, pero lo peor de esta crisis ya ha pasado y las cosas están volviendo a la normalidad. En este sentido, hemos tenido un mes de octubre con record histórico de ventas y el mes de noviembre está también siendo muy bueno en ventas. Está claro que la cuenta de explotación de este año se va a resentir, pero estamos ya volviendo a la normalidad, por eso soy optimista.

Hace 30 años los fabricantes vascos de tornos de CNC eran Danobat, Jasone, Jator, Lealde, Mupen, Sprint, Tadu y ustedes. Ocho en total de los que actualmente solo queda CMZ. ¿A qué lo achaca?

Es cierto que un montón de marcas que fabricaban tornos de CNC han desaparecido y solo hemos quedado nosotros. Quizá no hayan tenido acierto en sus decisiones… Pero lo que sí os puedo decir es que nosotros somos muy competitivos haciendo lo que hacemos. Y prueba de ello es que estamos creciendo muchísimo. Y conforme crecemos entramos en nuevos mercados y con éxito.

¿Cuál ha sido el último?

El último en el que entramos fue Italia, en 2012. El año pasado entregamos en este país 25 millones de euros, ¿y eso qué significa? ¡Pues que somos competitivos porque de lo contrario no lo hubiéramos podido hacer!

Cada época de crisis, y ustedes ya han vivido unas cuántas, suele marcar un antes y un después… ¿Con qué lección se queda de ésta?

Yo siempre digo que las diferencias entre las empresas no surgen en los momentos buenos sino que salen en las crisis, como cuando se va a andar en bici. Cuesta abajo corre todo el mundo pero el problema es la cuesta arriba, cuando hay que subir el Tourmalet. Ahí se nota quién está fuerte y el que se queda atrás. Para pasar las crisis lo que hay que tener es una empresa fuerte, competitiva y con un buen saldo en la cuenta corriente. Y no hay más recetas.

Referente europeo en la fabricación de tornos de control numérico (CNC). ¿Para qué sirven realmente?

Nuestras máquinas sirven para mecanizar piezas metálicas. Esto es, ponemos las piezas girando y con una herramienta les vamos dando forma arrancando virutas de la pieza.

¿Para qué sirven? Para hacer ejes, bujes, tapas bridas o piezas con las que se construyen después coches, aviones, bicicletas, maquinaria o prótesis de rodillas, entre otros.

¿Y quiénes son sus clientes?

Nuestro cliente principal aquí en Euskadi son los talleres de mecanización que fabrican piezas para coches, aviones, maquinaria. Aquí en el País Vasco vendemos el 50% de lo que vendemos en todo la península ibérica. Tenemos en ese sentido un tejido industrial muy bueno.

Por hacernos un poco a la idea del impacto físico de sus productos, ¿cómo es un torno de CMZ?

A grandes rasgos, podríamos decir que es un bulto de hierro que pesa entre cinco y diez toneladas y que mide unos cinco metros de anchura por dos de altura. Suelen tener una vida útil de unos veinte años y un precio medio, al menos el año pasado, de 145.000 euros.

¿Recuerda cuántas unidades llevan vendidas?

Unas 7.000 máquinas desde el año 2000.

La mayor parte de sus competidores, además de estar en el extranjero, les superan en mucho en cuanto a tamaño y dimensión, que no en pericia, destreza y tenacidad, como defienden ustedes. ¿Tiene la sensación de no ser muchas veces profeta en su tierra?

Me alegro de que me hagan esa pregunta porque no sé la razón por la cual aquí, en el País Vasco, tenemos tendencia a pensar que lo de fuera es mejor. ¡Y no es verdad! Tenemos fabricantes en casa muy buenos de máquina herramienta y los productos y máquinas que fabricamos son tan buenas o mejores que las que vienen de Japón o de Alemania. En ese sentido no somos tan corporativistas como ellos y es una pena porque somos mejores, estamos más cerca y además pagamos los impuestos aquí, que no es poco decir en estos tiempos en los que tenemos un déficit público bestial.

 

En estos momentos tienen cuatro filiales ubicadas fundamentalmente en Europa. ¿Tienen ya fijado su próximo destino?

Ahora que tenemos Europa medio conquistada, estamos haciendo nuestros primeros pinitos en EEUU, que es un mercado muy grande y lejano y donde llevamos ya un año trabajando con unas ventas iniciales de 3 millones de euros. Pero soy optimista y estamos seguros de que buscaremos la manera de penetrarlo.

¿Que no vaya a estar Donald Trump en la presidencia de este país va a ayudar?

No soy muy ducho en geopolítica ni en estrategia internacional pero entiendo que sí.

Nuestro problema al trabajar con Estados Unidos es que cuando entramos allí tenemos que pagar un arancel del 4% y eso es bastante dinero, por eso la política arancelaria que había impuesto Trump no era buena para nosotros ni para muchas de nuestras empresas competidoras que también está ahí. Pero hay otra cara de esa moneda y es que cuando hablamos con los propios americanos, la realidad en torno a Trump no es tan mala como la vemos aquí en Europa. Hay que tener en cuenta que consideran que el expresidente ha potenciado mucho la fabricación interna y para lo que son las empresas de mecanizado donde nosotros vendemos nuestras máquinas, estos últimos años con Trump de presidente no les ha ido especialmente mal.

En los últimos años han protagonizado crecimientos cercanos al 10%, ¿cuáles son los objetivos que se han marcado para los próximos ejercicios?

Nuestro objetivo es el de seguir creciendo porque conforme crecemos nos vemos más fuertes.

En 2016 inauguramos nuestra segunda planta de montaje con 10.000 m2 y este año estamos construyendo una nueva planta para mecanización de 8.000 m2. A la par, estamos realizando una inversión de 17 millones de euros, lo que nos pone en la senda adecuada para tener lista el año que viene una planta realmente a la vanguardia. Esto nos va a permitir crecer y cumplir la meta que nos hemos fijado de alcanzar los 100 millones de euros de facturación.

Noticia ofrecida por la SPRI