La cooperativa gipuzkoana Copreci es uno de los principales fabricantes mundiales de componentes para electrodomésticos además de ostentar el honor de ser la primera cooperativa de Mondragon Corporación en internacionalizarse. En la actualidad da empleo a más de 1.700 personas en sus ocho plantas productivas que tiene repartidas por el mundo y que a finales de este año serán nueve una vez que se instale por primera vez en los Estados Unidos, que a día de hoy representa el 22% de todas sus ventas. Proveedor de referencia para marcas globales como Whirpool, Electrolux o General Electric, la cooperativa alcanzó una facturación el año pasado de 209 millones de euros y espera cerrar este ejercicio con un incremento de dos dígitos. Imanol Oleaga es el gerente de Copreci.
De modo que van ustedes en busca del sueño americano…
Eso es. No se trata de un sueño americano de ahora sino que llevamos ya más de veinte años en Estados Unidos con oficinas comerciales. Es verdad que este año nos hemos aventurado a abrir una planta en Arkansas, pero como digo no es un territorio desconocido para nosotros.
¿Por qué en Estados Unidos esta vez?
Nuestra única planta productiva para cubrir ese mercado la tenemos en Mexico desde 1989. Fue la primera fábrica que abrimos en el extranjero pero en el vecino EEUU la apertura de la nueva planta está definida por la petición expresa de nuestros clientes, que quieren que estemos mucho más cerca de ellos. Hay que decir en este sentido que se trata de una decisión tomada antes de que estallara el llamado ‘efecto Trump’ y como consecuencia de un cambio de filosofía en nuestra forma de hacer las cosas en este país para generar más valor añadido a nuestros productos.
¿En qué sentido?
Pues hemos pasado de suministras componentes a fabricar sistemas que requieren, como decía, estar más cerca de nuestros clientes. Y eso lleva consigo la necesidad de tener una planta propia.
¿Es un fenómeno inevitable a estas alturas la exigencia por parte de los clientes de tener a su red de proveedores muy cerca?
Es una realidad que, entre otras cosas, te permite empatizar mucho más con tu cliente y a la hora de tomar una decisión estratégica contar con mucha más información o, por lo menos, más detallada. En el caso de Copreci, esta forma de actuar ha sido fundamental en la internacionalización de la cooperativa. Y cuando hablamos de este proceso expansivo siempre hablamos de las plantas productivas pero yo creo que la internacionalización de la compañía está mucho más en posicionarte cerca del mercado donde están sucediendo las cosas, en este caso, en Estados Unidos. De este modo, cuando éstos lanzan cualquier producto o plataforma nueva nosotros estamos donde tenemos que estar.
Fueron la primera cooperativa del Grupo Mondragon en internacionalizarse… ¿Cómo recuerda aquellos días?
Fue en 1989 en Guadalajara (Mexico) y fue una decisión pionera que obedeció al tipo de cambio que había entonces y que cambió de manera muy brusca, de manera que aquella primera aventura internacional hubo que hacerla sí o sí y además con muchas agallas, que fue la que tuvieron aquellos valientes, alguno de los cuales, por cierto, aún sigue hoy como director de Producción en Aretxabaleta. Y en todo aquel camino hubo mucho aprendizaje del que ahora nos podemos aprovechar. Son ya ocho las plantas productivas que hemos puesto en marcha y nueve con la que abriremos antes de que finalice este año. Y siendo esto importante, para nosotros, como cooperativa, lo capital de esta fotografía es que ya toda la organización, desde el primero hasta el último, piensa en clave global.
En cualquier caso, salir fuera nunca ha sido fácil por cuestiones de tamaño, por temor o por falta de conocimiento… ¿Ustedes qué recomendarían a una pyme que acaba de lanzarse en este sentido?
Lo principal es saber a qué país vas y porqué vas, saber la propuesta de valor que vas a ofrecer allí donde vayas. Esto es fundamental porque no se puede ni se debe internarcionalizarse porque sí. Y luego ya cuando hayas decidido dar el paso y lo tengas todo bien definido, tienes que ser capaz de aliarte con las personas adecuadas allí donde vayas porque las culturas, las sociedades y las formas de hacer de un país a otro muchas veces no tienen nada que ver. Por eso te tienes que adaptar, integrar esas culturas en tu día a día pero sin perder tus raíces y valores que para ti son fundamentales y que te han llevado hasta donde estás. Aliarte con alguien cercano a la cultura del país donde vayas es fundamental y enriquecedor.
Hablemos de su actividad. ¿Qué es lo que hacen principalmente? Ejemplos…
Fabricamos componentes para el sector de los electrodomésticos, que al parecer en los últimos años en nuestro entorno se ha ganado una mala fama… Sin embargo, hay dos o tres empresas en Euskadi que nos dedicamos a esto y nos va bien, somos líderes mundiales en este sector. No es un sector fácil ni sencillo pero si haces las cosas bien tienes un muy buen futuro por delante.
¿Cómo logra una empresa ser competitiva, con independencia del sector y el mercado al que se dirija?
Ser capaz de definir y fijar una propuesta de valor interesante y diferenciadora para los clientes es fundamental. La propuesta de valor de hace veinte años de Copreci y la actual ha ido variando, se ha adaptado a los tiempos y a día de hoy son bien diferentes, por lo tanto, ser capaz de adaptarte a las circunstancias que iban surgiendo ha sido una de las claves de nuestra empresa.
Porque o se compite en precio o en calidad… ¿Parece que no hay mucho más margen?
Creo que a día de hoy ya se compite en todo. Tienes que tener calidad y precio y ser capaz de proponer productos innovadores con procesos 4.0 en un escenario internacional. Estamos en un mercado cada vez más global donde no es posible competir únicamente con una sola de estas variables, ya no hay lugar para que no seas bueno y referente en alguna de ellas.