Decode, devolviendo el poder de los datos personales a la ciudadanía

El proyecto europeo creará herramientas para convertir los datos en bien común.

La extensión de la conectividad a Internet en nuestra vida diaria ha supuesto que generemos continuamente enormes cantidades de datos personales, sobre dónde estamos, qué compramos, qué nos gusta e incluso cuál es nuestro estado de ánimo. Sin embargo, existe muy poca transparencia acerca de cómo se utiliza esta información, y la ciudadanía en general carece de herramientas para controlar quien accede a sus propios datos.

Decode, siglas de Decentralised Citizen Owned Data Ecosystem, es un proyecto europeo que tiene como objetivo devolver ese control a la gente, para que pueda gestionar sus datos personales y decidir cuándo y cómo compartirlos. La iniciativa está impulsada por 14 socios a nivel europeo, incluyendo centros tecnológicos y de investigación, universidades, fundaciones e instituciones públicas, y está financiada por la Comisión Europea en el marco de la estrategia Horizon 2020.

Tal y como recoge el primer informe elaborado por el proyecto, “Me, my data and I, the future of the personal data economy”, los datos personales se han convertido en el motor de la economía digital, sobre los cuales funcionan gigantes de Internet como Google o Facebook. Las empresas los utilizan para mejorar sus servicios y productos, personalizándolos en función de los comportamientos de los usuarios. Pero este escenario tiene dos grandes efectos secundarios. Por un lado, la ciudadanía ha perdido el control sobre sus datos personales. Por otro, hay un gran potencial intrínseco a los datos que está desaprovechado, puesto que su análisis podría generar conocimiento muy útil para el bien común, como la investigación científica, la mejora de los servicios públicos o la innovación.

El proyecto Decode se ha propuesto desarrollar herramientas prácticas que permitan a las personas almacenar y compartir sus datos, eligiendo en cada momento cómo hacerlo. Para ello, durante los próximos 2 años, el consorcio desarrollará cuatro pilotos en las ciudades de Ámsterdam y Barcelona, con el objetivo de obtener plataformas digitales y modelos de negocio alternativos basados en los datos personales como bien común. Los resultados de estos experimentos se presentarán a la Comisión Europea, en forma de herramientas tecnológicas y de estrategias políticas y legales que sirvan para avanzar hacia un cambio de modelo en el uso y gestión de los datos personales.

Noticia ofrecida por la SPRI