Basque Ecodesign Center analiza las oportunidades de la smart city.
Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades, un proceso imparable que llegará al 66% de los habitantes en 2050. Al contrario de lo que se pueda pensar, se trata de una tendencia positiva para el medio ambiente, puesto que vivir en zonas urbanas densamente pobladas es más sostenible que hacerlo en zonas rurales, donde el nivel de aprovechamiento de las instalaciones, infraestructuras de movilidad y servicios es mucho menor.
Tal y como recoge la publicación Smart City – La ciudad sostenible del mañana, elaborada por el Laboratorio de Ideas de Basque Ecodesign Center, las ciudades inteligentes presentan grandes oportunidades socioeconómicas a través del ecodiseño. Aunque el término smart city ha ido ligado desde sus inicios a la idea de ciudad conectada mediante tecnologías digitales, en realidad es mucho más importante la planificación estratégica de sus barrios, calles y edificios. Así, la ciudad inteligente se define como “la ciudad construida para un desarrollo urbano sostenible basada en principios medioambientales y socio-económicos que asegura las necesidades del presente sin perjudicar las futuras”.
Según el Basque Ecodesign Center, para que una smart city pueda ser calificada como tal, existen seis criterios generales. A nivel socio-económico consisten en el smart government, smart people, smart economy y smart living, conceptos que significan participación ciudadana, integración, pluralidad, acceso a servicios sociosanitarios, facilidades educativas e innovación, entre otros. Además, se suman el criterio medioambiental –con el diseño de servicios y tecnologías inteligentes- y la movilidad sostenible.
La ciudad inteligente presenta importantes beneficios tanto a nivel medioambiental como social y económico. Está claro que supone un uso más eficiente de los recursos y una reducción de la contaminación, pero también mejora la calidad de vida de la ciudadanía y genera oportunidades de negocio innovadoras. Aunque en su expansión, aún encuentra diversas barreras. En cuanto a las tecnologías, muchos productos y servicios provocan espejismos sobre el concepto de smart city, limitándolo a dispositivos electrónicos que generan comodidad pero no van ligados a un cambio de modelo. A nivel social, existen hábitos muy arraigados y difíciles de cambiar, como la dependencia al vehículo privado, mientras que en plano económico, resulta una inversión cuyos resultados son difíciles de calcular y solo visibles a largo plazo.
La publicación Smart City forma parte de las líneas de investigación del Laboratorio de Ideas de Basque Ecodesign Center, una entidad constituida a raíz de la colaboración público-privada que busca el impulso de proyectos innovadores en ecodiseño. El Basque Ecodesign Center está constituido por las sociedades públicas Grupo SPRI e Ihobe, nueve empresas y nueve clústeres vascos.