La nube pública arrincona al data center de las empresas

El nuevo modelo de gestión y custodia de datos añade infinitas posibilidades de innovación y ahorro de costes

El Real Madrid comenzó a facturar, con la aplicación de la nube pública, de sus 450 millones de fans “de los que no sacaba un euro hasta entonces”, asegura Diego Gómez, de Microsoft.

La gestión y custodia de los datos se ha realizado tradicionalmente por parte de las empresas en sus propios equipos, en los llamados data centers. Pero desde hace un años, el modelo está cambiando con la irrupción de la nuble pública, que permite “olvidarse” del mantenimiento de esos equipos y además añade infinitas posibilidades de innovación y ahorro de costes. Una jornada organizada por el Parque Tecnológico de Álava ha abordado este nuevo modelo de gestión.

Diego Gómez, responsable de esta tecnología en Microsoft, ha definido la nube con un “conjunto de centros de datos. En Microsoft tenemos 40 regiones de centros de datos”.

La nuble pública, según se ha constado en la jornada, permite  disponer de recursos generales, como aplicaciones, almacenamiento y software, y es gestionado a través de Internet por un proveedor de servicios.  “No significa dejar el data center. Las empresas van a seguir a dos ritmos, todo lo nuevo irá en la nube”, ha vaticinado Gómez.

El experto, quien augura que en 2020 habrá un millón de nuevos dispositivos online en funcionamiento cada hora, ha calificado a la nube pública como “una revolución; podemos hacer el pago solo por uso”. Ha enumerado algunas de los beneficios de su uso. “Permite construir aplicaciones más ágiles, hacer cosas más rápido, comprobar cómo funcionan las aplicaciones que usan los clientes”.

Ha puesto el ejemplo del equipo de fútbol del Real Madrid, que tiene 450 millones de fans en todo el mundo pero “de los que no sacaba un euro. Empezaron a ver cómo la nube sirve para ver partidos, comprar camisetas y cobrar por ello y conocer que quieren sus fans”.

Gómez ha revelado que las empresas incluso pueden predecir la evolución de su negocio con bastante fiabilidad. “Si soy una compañía telefónica, puedo predecir cuando un cliente se da de baja, o en la industria saber cuándo se va a estropear una máquina”.

Ha citado la experiencia de la multinacional de ascensores de Thyssenkrupp, que, por las características de su servicio, tenía problemas por los fallos de los elevadores. “Con los sensores, ahora analiza todos los datos y trata de predecir antes de que se estropee el ascensor. Ahorra costes y los clientes tienen la percepción de que los ascensores nunca se estropean. Lo único que se hace es analizar los sensores y aplicarles un algoritmo”. O el caso de un viñedo de Albariño que analiza las viñas “y saben si tienen que regar más en una zona para obtener mejor rendimiento”.

“La nube nos sirve para multitud de cosas pero lo primero es la confianza del servicio permite flexibilidad, aplicaciones innovadoras y predecir el futuro”, ha resumido Diego Gómez.

Javier Herrero, director de IT de Aernnova, ha explicado la experiencia de la empresa vasca de aeronáutica, quien abordó la introducción de la nube en 2012 para ahorrar coses, mayor flexibilidad y focalizar el negocio. “Teníamos un data center en Miñano [la sede del Parque Tecnológico de Álava) y dos o tres servidores por planta. Hoy seguimos teniendo un par de servidores por planta pero contratamos una nube privada por rendimiento  y espacio. Ya no pagamos por equipo”.

Herrero ha admitido que la  transición del data center a la nube es “un proceso gradual, que genera desconfianza en los empleados” y ha revelado que Aernnova cuenta con una nube híbrida “para situaciones de desastres y una nube pública para aplicaciones específicas”.

Noticia ofrecida por la SPRI