La vida en la segunda mitad del tablero de ajedrez

Barak Berkowitz realizará una conferencia en Donostia sobre el impacto de la aceleración tecnológica.

En 1965, el cofundador de Intel Gordon E. Moore afirmó que el número de transistores incluidos en un microprocesador se doblaría cada 12 meses, siguiendo un crecimiento exponencial. Es la llamada Ley de Moore, que aunque al cabo de una década él mismo reformuló aumentando el crecimiento a 24 meses, se ha ido cumpliendo durante los últimos 50 años. Esta tendencia ha hecho que la capacidad de procesamiento de los ordenadores haya ido creciendo al mismo ritmo en que ha disminuido su tamaño, y también su precio.

El próximo 22 de marzo, el director de Operaciones y Estrategia del MIT, Barak Berkowitz, realizará en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa la charla La vida en la segunda mitad del tablero de ajedrez. Realizando un paralelismo con la leyenda del inventor de este juego de mesa, la charla de Berkowitz se sitúa en cómo vamos a ser capaces de adaptarnos al avance exponencial de las tecnologías en las próximas décadas.

Berkowitz hablará acerca del impacto de la aceleración tecnológica a nivel social, pero también en las organizaciones, y de nuestra necesidad de cambiar la forma en que entendemos la innovación. Para ello, tomará como referente el libro The Second Machine Age, de Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee. En él, los autores dibujan un futuro cercano en el cual las máquinas serán más inteligentes que nosotros, y reflexionan sobre cómo podemos adaptarnos a esa realidad.

La charla está enfocada a ayudar a comprender las implicaciones de los cambios tecnológicos a nivel social y económico como primer paso para construir estrategias dirigidas a gestionarlos. Barak Berkowitz es también fundador de MarketCentrix y forma parte del equipo de mentores de la aceleradora internacional de startups para la Industria Bind 4.0, desarrollada por el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco a través de Grupo SPRI.

Noticia ofrecida por la SPRI