Graphenea es una empresa a la que no hace mucho prácticamente vimos nacer y a la que las cosas, afortunadamente le van muy bien… Es una firma que apostó de forma descarada e ilusionante por una tecnología completamente innovadora y con unas inmensas posibilidades de desarrollo. Esa tecnología se llama grafeno y hoy le permite liderar el sector a nivel mundial con una cuota de mercado del 15%. Y todo desde aquí, desde el Parque Tecnológico y Científico de Gipuzkoa, donde recientemente acaba de ampliar sus instalaciones para ofrecer sus servicios a los más de 600 clientes que tiene repartidos por 55 países. De su presente y su futuro charla Jesús de la Fuente, socio fundador, con el programa Made in Basque Country, de Radio Euskadi.
Para ser tan jóvenes qué deprisa parece que van…
La verdad es que estamos muy contentos de cómo avanza todo. Como sucede en el sector tecnológico esto es una carrera y no te puedes permitir parar. Continuamente hay que seguir invirtiendo en capacidad productiva, en I+D y en presencia comercial.
Son muchos los que les ponen su empresa como ejemplo a seguir.
Es un honor que desde diferentes instituciones y desde la empresa se nos ponga en ocasiones como ejemplo de combinar la tecnología, la inversión y la internacionalización.
Por pedagogía que no quede… Exactamente, ¿qué se puede hacer con el grafeno?
El grafeno es un nuevo material. Es como un producto químico avanzado. Nosotros tenemos dos líneas de negocio. Una que fabrica grafeno para la industria de semiconductores, para electrónica. Ahí tenemos clientes que fabrican fotosensores, biosensores… Chips, dicho de una manera sencilla. Y en la otra línea de negocio fabricamos grafeno por exfoliación química. Esos materiales se utilizan como aditivos para polímeros avanzados, para baterías, membranas y ese tipo de aplicaciones.
¿Y qué es lo que le hace ser tan especial a Graphenea?
Desde el principio nos enfocamos en crear materiales de muy alta calidad. El grafeno es como una familia de materiales. No es un único material. Grafenos de baja calidad tienen rendimientos similares a otros productos industriales como el grafito o el carbón blanco. En cambio, nosotros nos centramos siempre en la parte alta o media alta de la calidad en los materiales. Tratamos de diferenciarnos por eso. Suministramos materiales a empresas como Intel, IBM, Nokia, Philips o Hitachi, por citar algunas. La clave está realmente en la calidad del material, la reproducibilidad del mismo. Es muy importante tener el mismo rendimiento de un lote de productos al siguiente. Ahí es donde centramos todo nuestros esfuerzo de I+D y de inversión en equipamientos y en personal.
Repsol, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el Gobierno Vasco, la Spri, la Diputación de Gipuzkoa y un reducido, pero muy fiel, grupo de inversores privados del País Vasco. Tienen ustedes muy buenos compañeros de viaje. Eso demuestra dos cosas: que realmente hay gente dispuesta a invertir y que hay dinero para hacerlo. ¿Cómo se consigue eso?
La situación ha mejorado mucho, especialmente para todos los proyectos tecnológicos. Cada vez hay más inversores, gente dispuesta a acompañar. Es verdad que cuando la compañía va creciendo hay que ir buscando socios más lejos, en Europa, en Estados Unidos o donde sea.
¿Dónde se imagina su empresa dentro de cinco años?
Queremos seguir siendo líderes y queremos alcanzar una cuota del mercado del 30%. Queremos multiplicar nuestro volumen. Ahora estamos veinticinco personas pero queremos seguir creciendo para tener un equipo más grande. Por el momento tenemos presencia directa aquí y en Estados Unidos y a través de colaboradores en el Reino Unido y en Japón. Tenemos que seguir extendiendo esa red internacional.
¿Cómo han hecho para que no se los lleve una multinacional?
Aquí lo importante es seguir trabajando y construyendo un buen negocio. Es vedad que en algunos casos hay sectores que te pueden obligar a aliarte con algún socio y de ahí nuestro vínculo con Repsol, que es un gran socio en ingeniería química, internacionalización del negocio de polímeros, del negocio de la energía en general. Es un socio industrial potente. Y es posible que para crecer en otros mercados se deban establecer acuerdos con otras multinacionales. Es posible que con el tiempo pase pero es un poco la evolución natural del negocio.