Coollogger nació en 2014 de la mano Iñigo Alonso y Pablo Múgica, ambos con amplia experiencia en el sector hortofrutícola gracias a ‘Ozeano Urdina’, empresa fundada para aportar soluciones postcosecha que permitan alargar la vida útil de frutas y verduras.
Entre sus clientes detectaron la necesidad de un sistema que controle parámetros ambientales (como la temperatura o la humedad) durante el transporte internacional de productos frescos, de una forma fácil y segura. Y así nació Coollogger, una solución novedosa para monitorizar cadenas de frío a través de equipos muy sencillos, una app y una plataforma cloud muy potente…
Vuestros ‘dataloggers’ viajan con las mercancías por todo el mundo, recogiendo información sobre los cambios de temperatura, iluminación,..
Nuestros distintos modelos de dataloggers recogen varios parámetros; desde el más básico, sólo de temperatura, a los más complejos que miden humedad, luz, posición…
Todos estos datos son fundamentales; por un lado, para garantizar que se mantiene la cadena de frío (es obligatorio para ciertos productos en muchos países) y, por otro, para determinar responsabilidades en caso de que se rompa.
Solicitamos una patente que posibilita el flujo transparente de esa información entre los distintos stakeholders, desde el exportador al importador o las autoridades sanitarias.
Ofrecéis dispositivos y soporte tecnológico para empresas que precisan de una gestión eficiente en sus cadenas de frío.
Estamos muy centrados en grandes exportadores o importadores de productos perecederos. Hacemos ‘trajes a medida’ gracias a la flexibilidad de nuestra estructura, y es algo que se valora mucho por parte de ciertos clientes muy preocupados por la calidad.
Además de la fruta, ya estamos presentes en farmacia, restauración, pescados y mariscos, productos cárnicos… Más del 95% de nuestras ventas son exportaciones a países de todo tipo.
Y van surgiendo sectores que hasta ahora no habían necesitado monitorizar temperatura, o nuevas aplicaciones en las que es importante. Una de ellas, por ejemplo, es la evaluación del aislamiento térmico en viviendas.
Ahora Coollogger incorpora tecnología bluetooth, ¿hacia dónde veis que camina el mercado?
La oferta disponible desde el punto de vista de la tecnología es enorme, y estamos en un momento crítico. Estamos pasando de dataloggers pasivos a equipos que emiten en tiempo real, y que se comunican con sus plataformas a través de distintas redes de transmisión, desde el clásico GPRS, a las nuevas redes IoT.
Nosotros apostamos por plataformas abiertas para distintos tipos de equipos, desde los clásicos USB, hasta los más avanzados via satélite. A fin de cuentas, es muy difícil trazar la vida útil completa de un producto con un único tipo de equipo, si el transporte es multimodal, su monitorización también lo es.
Ya estamos trabajando en nuestra siguiente generación de dispositivos en tiempo real, que esperamos tener lista para el segundo semestre de 2019, y que incorporará, además de de los sistemas de transmisión, soluciones muy innovadoras para los retos de los próximos años.
En el desarrollo del proyecto, ¿habéis recibido ayudas públicas y privadas?… ¿Qué tipo de apoyos os convendrían a partir de ahora?
En nuestro arranque nos ayudó mucho tanto el asesoramiento como la financiación facilitados por la Diputación Foral de Bizkaia, a través de Beaz y Spri. En 2018 hemos recibido fondos del programa Neptune (co-financiado por el Programa Horizonte 2020 de la UE) con los que desarrollar una solución para monitorización de temperatura, humedad y stocks de biomasa. Y desde luego aprovechamos todas las oportunidades que nos brindan las Cámaras de Comercio, como la de Bilbao, y el ICEX, en nuestra búsqueda de nuevos mercados internacionales.
A partir de ahora, con un proyecto bastante consolidado, buscamos sobre todo apoyo a través de facilidades para la financiación de las nuevas inversiones que estamos llevando a cabo.
¿Cómo os veis de aquí a tres años?
Desde el punto de vista del negocio, queremos convertirnos en un referente del mercado de monitorización de cadena de frío en transporte de larga distancia. No será fácil porque nos pegamos con empresas enormes, incluso cotizadas en el Dow Jones… Pero estamos seguros de que encontraremos nuestro hueco. Si lo hacemos, la empresa multiplicará su cifra de ventas por ocho, y el equipo se duplicará.