Una empresa vasca en el mercado de las escopetas de lujo

29 enero, 2018

Los responsables de Garbi, en la fábrica.

La armería Garbi fabrica desde Éibar rifles que son obras de arte; oscilan entre los 10.000 y los 30.000 euros y se venden en todo el mundo

En la localidad armera de Eibar se encuentra precisamente una de la últimas armerías que dieron gloria a la localidad guipuzcoana, Garbi, una de las mejores fábricas de escopetas y rifles del mundo que vio la luz a comienzos de los años 60 por iniciativa de cinco artesanos y que produce con mimo exquisito cada año medio centenar de armas a la medida del cliente. Nada más que 50; todas distintas y personalizadas. El 80% de las mismas parte desde esta localidad con destino a los Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Suiza e Inglaterra, países con gran tradición cinegética. En conversación con el programa Made in Basque Country, su actual responsable, Jon Barrenechea, aporta las claves de un negocio tan singular. El último bastión de un arte centenario.

¿Quiénes fueron aquellos cinco artesanos que fundaron Armas Garbi?

Bueno, uno de ellos fue mi tío, Jesús, por el que creo que hoy estoy aquí. Con él se lanzaron Jesús Guerenabarrena, que era basculero, Juan Alday (grabador), Ramón Churruca (montador) y Domingo Iriondo (culatero). De las iniciales de sus apellidos viene el nombre de la empresa.

Años dorados en Éibar en aquellos 80 y 90…

Muy buenos, sí, es la verdad. Desde aquí en Éibar se competía con las mejores fábricas del mundo, que por lo general estaban en Inglaterra (Purdey&Sons, Holland&Holland…), y se llegaban a fabricar hasta 450.000 armas al año entre las casi 500 empresas que había. Hoy el sector es otra cosa, mucho más pequeño y más de nicho, y da empleo en Euskadi a unas 900 personas. No hemos tenido más remedio que adaptarnos a los tiempos.

¿En su caso, Jon, el relevo empresarial ha sido costoso?

Bueno, un poco sí, para qué vamos a decir lo contrario. Sin embargo la experiencia de los fundadores nos ha venido muy bien porque en este sector de escopeta fina se ha trabajado siempre sin planos ni nada parecido y mucho ha sido el boca a boca…

¿Vendiendo solo medio centenar de escopetas al año es rentable este negocio?

Hasta ahora sí. Hay que tener en cuenta que son un montón de horas de trabajo por cada unidad, todas manuales además, y claro, el valor de la escopeta también se incrementa, oscilando entre los 10.000 euros y los 30.000 euros, según el modelo.

Dicen que sus escopetas son como un traje a medida y que nunca hay dos armas iguales porque las piezas de una nunca servirán para otro modelo. ¿De cuál están ustedes más orgullosos?

Nuestro mejor modelo diría que es el Garbi Deluxe, el buque insignia de nuestro catálogo. Es una escopeta paralela exclusiva del calibre 12 y monogatillo, que es el que demanda normalmente nuestro perfil de cliente, ese que suele cazar a ojeo y que suele encargarte no una escopeta suelta sino un par de ellas o un estuche con tres o incluso cuatro escopetas. Este modelo está equipado con las mejores prestaciones: báscula de acero forjado, cañones de acero cromoníquel, culata de nogal o apertura automática, entre otros.

¿Por qué la fase de grabado es tan importante?

Es una cuestión estética, la marca del cliente, su firma, podríamos decir. En función de cómo sea el grabado puede llevarnos entre las 25 horas de trabajo para algo sencillo hasta algo mucho más complejo con el que nos podríamos irnos hasta las 150 horas. En nuestro caso, José Luis Manzano, que es nuestro experto grabador, trabaja con la precisión de un relojero suizo.

¿Es cierto que incorporan en sus grabados hilos de oro de 24 kilates?

Para nuestro gusto y el del cliente europeo no suele ser tan habitual pero sí que es verdad que hay clientes rusos que sí les gusta esta tendencia de recargar las escopetas con bastante oro. En la culata también se suelen poner óvalos de oro o bien de plata donde suelen ir las iniciales o el escudo de la familia.

¿Cuánto se tarda en fabricar una escopeta en Garbi?

Como nunca hay dos escopetas iguales, depende, pero podríamos decir que el plazo suele oscilar entre los ocho meses y el año. Son 106 piezas por escopeta que hay que mimar con esmero.

¿Y quién compra este tipo de obras de arte?

El perfil es un hombre de mediana edad y con un alto poder adquisitivo. Una persona que exige máxima discreción y que quiere algo más que una escopeta.

¿Es el relevo generacional su mayor amenaza?

Podría ser. En el plano empresarial, en este mercado de las escopetas de lujo, creemos que tenemos aún mucho recorrido porque aunque la crisis ha reducido las ventas en España, países como China, por ejemplo, aún no representan una amenaza para el sector. Sin embargo es en la parte profesional donde puede haber problemas de continuidad. Hablamos de oficios muy específicos y artesanales que requieren, como mínimo, una especialización de diez años para alcanzar nuestros estándares de calidad, y ese perfil hoy en día no es nada fácil de conseguir.

Noticia ofrecida por la SPRI